En la Edad Media, Brujas era un centro de la economía mundial. La escultura de Ganahl tiene la forma del primer edificio de la bolsa en el mundo, situado en la calle Vlamingstraat. Cuando se cubrió el puerto, también desapareció la bolsa de Brujas. La gente sentía impotencia al no poder evitarlo, al igual que nosotros parecemos ser ahora espectadores indefensos del cambio climático.

Encima de la escultura de chocolate giran – como en aquel momento lo hacía el logotipo Benz en muchas ciudades alemanas – las letras 'UBER CAPITALISM'. 'UBER' evoca connotaciones del concepto nazi 'Übermensch' y hace referencia a la aplicación con la que cualquiera que tenga un coche y un smartphone puede abrir una empresa de taxis. En un sentido más general, también hace referencia a la economía colaborativa. Utilizamos aplicaciones para un sinfín de servicios. Esta manifestación digital de nuestra cultura en constante movimiento nos ayuda, entretiene, lidera, sigue y analiza a todas horas en cualquier lugar.

La cualidad temporal y perecedera del chocolate hace referencia a una creciente ambivalencia con respecto del nuevo capitalismo, cuyo futuro impacto apenas podemos predecir. En la encantadora Brujas, el centro mundial del chocolate, los conflictos que azotan a otras partes del mundo parecen ausentes. Sin embargo, la producción de cacao también tiene un lado oscuro, arraigado en el colonialismo y la actual realidad del trabajo infantil, el tráfico de personas y condiciones de trabajo peligrosas.